VER CLARO.

Recuerdo un dicho que dice así : “Cuando una puerta se cierra otra se abre”, y claro está, una cosa es el dicho y otra bien distinta el hecho en sí. Todos sabemos que este refrán es muy cierto, pero cuando se está cerrando una puerta no vemos la luz para ver, distinguir dónde se encuentra la otra, y ahí comienza el problema. En ese proceso de cerrar ciclos, de liberación unas veces obligada por las circunstancias y otras porque se presenta sin más , nos sentimos muy incómodos, alterados e incluso irritados ante la incertidumbre, y lo cierto es, que hasta al más valiente le asustan los cambios cuando estos son rotundos o nos tocan de cerca . El no saber qué sucederá con nosotros, con nuestra vida, con nuestro entorno, con nuestros bienes materiales, en definitiva con todo lo que hemos estado creando a nuestro alrededor, en cierto modo nos descoloca. No se puede evitar el pensar qué hacer, qué no hacer, qué decir, por dónde empezar, cómo tamp...