La vida, una actitud
En una gran parte de las personas que consideran que han vivido una vida afortunada, se observa que también ha habido circunstancias difíciles, llenas de momentos penosos, de grandes sacrificios, penurias y vicisitudes, algunas de ellas tanto o más penosas que las circunstancias de aquellos que se sienten desafortunados. Hace bastantes años que tengo la costumbre de preguntar a mis amigos o conocidos si se consideran personas con buena o con mala suerte. Es un ejercicio muy interesante que me ha llevado a constatar un hecho revelador: entre una gran parte de aquellos que se consideran personas con mala suerte, hay motivos objetivos para comprender y compartir su sentimiento, ya que han sufrido reveses de toda índole que justifican su percepción, su vivencia, y la atribución de ese signo a su vida. Pero lo más interesante es lo que ocurre entre la amplia mayoría de aquellos que se declaran personas con buena suerte. ¿Cómo es posible que haya tantas personas que, a pes...